Existe una zona de exclusión donde la actividad está restringida. Sin embargo, guías de Concordia denunciaron que “de noche hay quienes ingresan con mallas y se llevan 500 kilos diarios de pescado”. Afirman que hay dorados de 20 kilogramos. En diversos foros administrados por gente amante de la pesca deportiva se difunde el mismo dato: “En la represa de Salto Grande moran los dorados más grandes del planeta”. Se menciona que hay especímenes de 20 kilogramos o más
y esto convirtió a la zona en una de las predilectas para muchos de los apasionados de esta disciplina.
En este marco, los guías ofrecen sus servicios por un costo que oscila los 1.200 pesos por jornada para tres o cuatro personas, para pescar en los alrededores del complejo binacional. El precio incluye carnadas y, en algunos casos, equipos.
Quienes pretendan realizar la actividad dentro de la denominada “zona de exclusión”, el área de seguridad de 1.000 metros lindante a la represa donde está restringida la navegación y la pesca, deben recurrir a la única empresa de turismo argentina que cuenta con un permiso exclusivo (también existe otra en la República Oriental del Uruguay). En este caso el paquete se cobra en dólares, ya que el grueso de quienes lo contratan son extranjeros dispuestos a asegurarse la captura de una presa: en ese lugar los dorados se aglutinan porque no pueden pasar la obra en sus migraciones y se hallan piezas de gran tamaño. Se trata, además, de un sitio con excelente oxigenación del agua, donde se garantiza la caza de las abundantes especies forrajeras.
En todos los casos está estipulado que la pesca se lleva adelante con devolución, tras la foto de rigor. Sin embargo, el responsable de la agencia concesionaria para llegar a esta zona, Héctor Bradanini, aseguró que “hay pescadores comerciales que ingresan a la noche y capturan los peces con red, llevándose en cada jornada entre 200 y 500 kilogramos”.
“Están entrando ilegalmente, a pesar de las denuncias que hicimos ante Prefectura y ante los organismos de Flora y Fauna encargados de vigilar la situación. Se sabe quiénes son, pero operan sin que nadie los controle”.
“Estamos hablando de 2.500 kilogramos por semana, lo que significa un gran impacto para el lugar”, aseveró el empresario, quien optó por extender sus reclamos en las redes sociales para alertar a sus pares. En este marco, admitió haber recibido algún tipo de amenazas para desistir de la exposición pública de este hecho, aunque las desestimó por tratarse de “anónimos”.
“No me arriesgaría a denunciar este hecho si no tuviese pruebas”, dijo a modo de conclusión, respecto a lo que acontece en la zona de exclusión, de carácter internacional.
La extracción impediría continuar con un proyecto de investigación
La empresa comandada por Héctor y Mariano Bradanini es una de las más antiguas en el rubro en la zona de Concordia. “Hace 18 años que nos dedicamos a esto”, comentaron.
Para ganar la licitación abierta y ser los únicos con ingreso permitido a la zona de exclusión de la represa, y por ende poder realizar la pesca con devolución, presentaron un proyecto para llevar adelante, además, un estudio biológico en el cual se identifican los peces para hacer un estudio migratorio del dorado, junto a otras investigaciones. “Todo esto está autorizado y controlado por biólogos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU)”, explica Mariano Bradanini. “Con esto de la pesca masiva con red nos encontramos con la complicación de que no conseguimos recuperar las piezas de referencia, porque seguramente fueron pescadas para ser faenadas por los depredadores”, aseguró a diario Uno Héctor Bradanini.
Otros guías de pesca consultados expresaron que si bien no fueron testigos directos de la situación de extracción comercial nocturna con red, a pesar de que está prohibido por tratarse de una reserva –según se estableció a principios de la década del 80– “se sabe que esto pasa y que faltan controles”.
Pedro Zanunitti, baqueano del lugar, indicó que “en estos días pescamos un dorado de cinco kilogramos y estaba todohttp://www.elonce.com marcado por una red, se ve que estuvo atrapado y logró zafar”.
http://www.elonce.com
y esto convirtió a la zona en una de las predilectas para muchos de los apasionados de esta disciplina.
En este marco, los guías ofrecen sus servicios por un costo que oscila los 1.200 pesos por jornada para tres o cuatro personas, para pescar en los alrededores del complejo binacional. El precio incluye carnadas y, en algunos casos, equipos.
Quienes pretendan realizar la actividad dentro de la denominada “zona de exclusión”, el área de seguridad de 1.000 metros lindante a la represa donde está restringida la navegación y la pesca, deben recurrir a la única empresa de turismo argentina que cuenta con un permiso exclusivo (también existe otra en la República Oriental del Uruguay). En este caso el paquete se cobra en dólares, ya que el grueso de quienes lo contratan son extranjeros dispuestos a asegurarse la captura de una presa: en ese lugar los dorados se aglutinan porque no pueden pasar la obra en sus migraciones y se hallan piezas de gran tamaño. Se trata, además, de un sitio con excelente oxigenación del agua, donde se garantiza la caza de las abundantes especies forrajeras.
En todos los casos está estipulado que la pesca se lleva adelante con devolución, tras la foto de rigor. Sin embargo, el responsable de la agencia concesionaria para llegar a esta zona, Héctor Bradanini, aseguró que “hay pescadores comerciales que ingresan a la noche y capturan los peces con red, llevándose en cada jornada entre 200 y 500 kilogramos”.
“Están entrando ilegalmente, a pesar de las denuncias que hicimos ante Prefectura y ante los organismos de Flora y Fauna encargados de vigilar la situación. Se sabe quiénes son, pero operan sin que nadie los controle”.
“Estamos hablando de 2.500 kilogramos por semana, lo que significa un gran impacto para el lugar”, aseveró el empresario, quien optó por extender sus reclamos en las redes sociales para alertar a sus pares. En este marco, admitió haber recibido algún tipo de amenazas para desistir de la exposición pública de este hecho, aunque las desestimó por tratarse de “anónimos”.
“No me arriesgaría a denunciar este hecho si no tuviese pruebas”, dijo a modo de conclusión, respecto a lo que acontece en la zona de exclusión, de carácter internacional.
La extracción impediría continuar con un proyecto de investigación
La empresa comandada por Héctor y Mariano Bradanini es una de las más antiguas en el rubro en la zona de Concordia. “Hace 18 años que nos dedicamos a esto”, comentaron.
Para ganar la licitación abierta y ser los únicos con ingreso permitido a la zona de exclusión de la represa, y por ende poder realizar la pesca con devolución, presentaron un proyecto para llevar adelante, además, un estudio biológico en el cual se identifican los peces para hacer un estudio migratorio del dorado, junto a otras investigaciones. “Todo esto está autorizado y controlado por biólogos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU)”, explica Mariano Bradanini. “Con esto de la pesca masiva con red nos encontramos con la complicación de que no conseguimos recuperar las piezas de referencia, porque seguramente fueron pescadas para ser faenadas por los depredadores”, aseguró a diario Uno Héctor Bradanini.
Otros guías de pesca consultados expresaron que si bien no fueron testigos directos de la situación de extracción comercial nocturna con red, a pesar de que está prohibido por tratarse de una reserva –según se estableció a principios de la década del 80– “se sabe que esto pasa y que faltan controles”.
Pedro Zanunitti, baqueano del lugar, indicó que “en estos días pescamos un dorado de cinco kilogramos y estaba todohttp://www.elonce.com marcado por una red, se ve que estuvo atrapado y logró zafar”.
http://www.elonce.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario