12/4/12

Las vedas que no vedan y la necesidad de salvar al río

Por Cesar Omar alvarez

Hace muchos años, cuando la abundancia de peces en los pesqueros correntinos era superlativa y por ende, dable presumir que el dorado y otras especies ícticas, sólo con reproducción natural continuarían siendo fuentes inagotables, la depredación entonces causaba estragos, antes como hoy, pero la extracción piscatoria no superaba el crecimiento de lo ingresado en el hábitat por reproducción natural.
Tal aumento disimulaba los efectos de la feroz depredación que ya enseñoreaba en los pesqueros correntinos.
Dado su extremado valor turístico, único en Co-rrientes, por su magnificencia de pez universal, me referiré a las especies ícticas sin individualizarlas, mencionando sólo al dorado en representación de todas ellas.
En aquellas lejanas épocas en que se veía abundancia de dorados por todas partes, las vedas de pesca por desove comenzaban en octubre y terminaban en marzo siguiente, sin ninguna concesión ni interrupción. El mallonero no era, todavía, el regulador omnipotente de las vedas de pes-ca. El período de vedas por desove concordaba exactamente con el desove, por clara visión de ovar a las hembras. Cuando comienza a advertirse el efecto nocivo de la depredación en los pesqueros correntinos, los señores gobernadores sabiendo que lo lógico hubiese sido combatir la depredación, optaron por modificar todos los años las vedas por desove, introduciendo modificaciones burocráticas, dictando vedas fuera del tiempo oportuno, lo cual siempre resultó fatal para la riqueza íctica. La disposición N° 249 de la Dirección de Fauna y Flora regula la pesca deportiva y comercial durante la veda hoy vigente, cuyo principal sentido es que hay veda 2 (dos) días y 5 (cinco) días no. Es decir, en pleno desove hay veda que no veda, y veda que veda.
La Disposición N° 249 está basada en una reunión cumbre de sabihondos de altas instituciones educativas de la provincia y del país. Con el respeto debido le pregunto a todos los que ostentan la autoría de la misma, si la veda que no veda es veda y si la inconmensurable cantidad de peces hembras pescados con ovarios repletos de ovas, listas para desovar, los días de veda sin veda y si son capaces de calcular el real daño causado, de lesa fauna, por la irrefutable pérdidas de ovas productos de la burocracia gubernamental co-rrentina. La disposición de que se trata contempla exclusivamente el interés de los malloneros, quienes en todas las vedas anteriores, de manera injusta, pedían el oro y el moro si se les prohibía pescar. Si hay veda real durante el período de vedamiento y por ende pro-hibición, se sublevan con derecho a violar la veda, siempre bajo amenaza que en todo tiempo surtía efecto.
Quiero desmentir categóricamente lo expresado en los considerandos de la disposición N° 249. En el margen izquierdo del río Paraná, en la costa correntina nace el arroyo Itá Embé, en el límite con Misiones, y termina en el río Guayquiraró, lindante a Entre Ríos. Son 730 kilómetros. En toda su extensión de lado a lado, los malloneros sólo pescan donde no pueden: restringas, bancos de arena, etc. Mentira absoluta que solamente puedan hacerlo en aproximadamente 80 de los 730 Km.
No vale repetir las verdades inobjetables que desde más de 50 años vengo denunciando de manera fidedigna: el dorado fue, es y seguirá siendo azotado por la frialdad del pueblo correntino, esencialmente carnavalero y la falta de gestión gubernativa para su preservación. El actual gobernador y todos sus predecesores son responsables directos del peligro de extinción que al pez afecta.
Ningún gobernante ha asumido una acción digna para levantar el uso del mallón como arte de pesca sin igual por su alta capacidad destructiva. Todos los gobernadores de Corrientes, fueron y son coincidentes en una sola cuestión: miedo de prohibir el uso del mallón, máxime por valor prosélito del mallonero.
FUENTE- http://www.ellitoral.com.ar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Cada vez hay menos peces, lo que demuestra la falencia de las leyes. Aunque subiendo al puente desde Chaco (al costado del mismo), podemos ver abundante oferta de diversos ejemplares, haya o no veda. Curioso,no?
atte.
Maria del Carmen