20/6/17

La historia del marinero que flotó cuatro horas agarrado a una madera y pensando en su familia

Lucas Trillo es uno de los sobrevivientes de la tragedia del Repunte. "Luchó para vivir porque no quería dejarnos. Decía que no merecía terminar así", le contó a LA CAPITAL su mujer, Julieta Véliz. Su historia.
Por Pablo Falcone
Twitter: @pmfalcone
Las olas de seis metros no dan tregua y golpean con fuerza al buque Repunte. El destino del barco está escrito: se va a hundir. Lucas Trillo se tira al mar rodeado de sus compañeros. Ve que tres de ellos llegan a subirse a la balsa para intentar salvarse, pero el temporal no los perdona: el techo se rompe, una ola los golpea y los aleja.  El marinero queda solo con su salvavidas puesto y agarrado a una madera que por casualidad encontró y le permite mantenerse a flote. La desesperación lo invade y empieza a nadar. Nada por cuatro horas. Piensa en su mujer y su hijo. Cuando las fuerzas escasean y el frío empieza a congelarlo ocurre el milagro: un marinero del buque María Liliana, que había llegado para colaborar con el rescate, se ata una soga a la cintura y lo saca del mar.
“Luchó para vivir porque no quería dejarnos. Decía que no merecía terminar así. Pensaba en mí y en nuestro hijo. Le pidió a Dios no morirse porque no podía dejarnos solos. Ese fue el motor que lo mantuvo vivo en el agua”, le cuenta a LA CAPITAL Julieta Véliz, esposa de Trillo y mamá de Thiago, de 2 años. Ella lo acompaña en el hospital Rawson, donde está internado en terapia por un problema renal que le provocó la hipotermia. La evolución es buena y esperan volver pronto a Mar del Plata.
Trillo tiene 35 años y hace diez que trabaja en la pesca. El oficio lo aprendió de su papá Sergio. De él escuchó los consejos para saber qué hacer frente a una crisis en altamar. No sabía que les iban a servir para su primer viaje con el Repunte.


El barco salió desde Mar del Plata hace unas semanas para pescar langostinos en la zona de Puerto Madryn. El sábado estaba regresando para descargar por segunda vez en el puerto cuando ocurrió la tragedia. Ese día Trillo se despertó y fue a la cocina. Ahí se encontró con el engrasador Julio Guaymas, el otro sobreviviente. El agua ya había empezado a entrar e intentó ayudar a sacarla. Entre los dos hicieron lo que pudieron, pero la situación era grave. De repente todo se desencadenó hasta que se encontró perdido en el medio del mar.
El barco “María Liliana” fue el primero en llegar al lugar luego de recibir la señal de alerta a la 9,30. Los marineros de ese buque antes de salvar a Trillo intentaron rescatar a uno de sus compañeros del Repunte. Pero, pese al esfuerzo para subirlo, una ola los golpeó, el marinero cayó y se perdió en el mar. “Después que pasó eso, un hombre se ató una soga a la cintura y gritó que no podían perder a otro más. Se jugó la vida y lo salvó a mi marido”, cuenta Julieta. Y se emociona: “Toda mi familia está muy agradecida. Fueron muy valientes y se arriesgaron para rescatarlo”.
Una vez arriba del “María Liliana”, Trillo fue atendido por un enfermero y un marinero estuvo cuatro horas haciéndole masajes en las piernas con alcohol.
El marplatense permaneció cerca de un día dentro del barco y el domingo al mediodía fue internado en el hospital de Rawson. Dos horas después llegó su mujer y se reencontraron. Cuando la vio, tomó una cadenita que tenía en el cuello y se la mostró entre lágrimas. Era la que ella le había regalado cuando se pusieron de novios para que lo cuidara en el mar.
FUENTE,http://www.lacapitalmdp.com

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