Lo dispuso el Consejo Federal Pesquero mediante la Resolución 3/17 y busca mitigar la muerte de aves marinas durante la operatoria de levantar la red de pesca. Voluntaria hasta mayo del año que viene y luego obligatoria.
Con el objetivo de evitar la muerte de aves marinas, como albatros y petreles, el Consejo Federal Pesquero dictó la Resolución 3/17 por la cual se dispuso que todos los barcos congeladores que pescan merluza en el caladero nacional deben utilizar líneas espantapájaros durante la maniobra de pesca.
El CFP le dio forma a una iniciativa de la organización civil Aves Argentinas, que desde 2008 busca proteger a las aves pelágicas, especialmente al albatros ceja negra. Los buques podrán de manera voluntaria incorporar las líneas espantapájaros. A partir de mayo de 2018 serán obligatorias.
Además de Aves Argentinas también participaron del proyecto la Subsecretaría de Pesca de la Nación, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), la Universidad de Mar del Plata (IIMyC–CONICET) y la Fundación Vida Silvestre Argentina.
“Hoy en día, la captura incidental por parte de las flotas pesqueras es casi la única amenaza de los albatros y petreles en el mar”, sostiene la organización en su sitio web (www.avesargentinas.org.ar)
Desde la ONG estiman que, por las colisiones contra los cables de arrastre de las redes de pesca, mueren anualmente entre 8 mil y 19 mil albatros ceja negra, además de otras aves marinas solo en treinta buques de la flota congeladora merlucera que operan en Argentina.
Desde el Programa Marino de Aves Argentinas, a través de su proyecto Albatross Task Force Argentina (con el apoyo de BirdLife International y la Royal Society for Protection of Birds), se trabajó en encontrar una solución para este problema que amenaza con extinguir a algunas de las especies más carismáticas del planeta, como el albatros errante, el ave más grande del mundo, promoviendo la implementación de medidas de mitigación.
Las líneas espantapájaros se componen de una línea madre y varias líneas secundarias de colores que se mueven creando el efecto de una cortina, lo que mantiene a las aves a distancia y las protege de impactar con los cables que arrastran las redes, que es una trampa mortal para las aves marinas. Estas líneas se colocan en la popa del barco durante la operación de pesca sin afectar el trabajo de los marineros ni las artes de pesca.
El estado de conservación de las aves marinas a nivel mundial se ha deteriorado rápidamente en las últimas décadas. Muchas especies y poblaciones están en peligro de extinción. Los recientes aportes de información desde BirdLife International y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) revelan que las aves marinas están ahora más amenazadas que cualquier otro grupo de aves.
De las 346 especies marinas, 97 (el 28%) se encuentran globalmente amenazadas y otro 10% está cercano a esa categoría. Además, se conoce o sospecha que cerca de la mitad de las especies de aves marinas están experimentando declinaciones poblacionales. Entre ellos, la familia de las especies de albatros está especialmente amenazada con 17 de las 22 especies en riesgo de extinción.
Los biólogos e investigadores del equipo marino de Aves Argentinas, con la ayuda de los marineros y tripulantes de los barcos, demostraron la eficiencia de las líneas espantapájaros para reducir estos impactos en más del 90% y desarrollaron un dispositivo que reduce los enredos entre las líneas y los cables de arrastre, principal problema que tiene la operatoria de las líneas a bordo.
Una de las ventajas del sistema es que no se trata de un desarrollo o un aparato que cada armador pesquero debe comprar, sino que se puede realizar con ciertos elementos. En el texto de la Resolución hay un plano esquemático que muestra cómo prepararlo.
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