LUEGO DE RECORRER GOYA Y BELLA VISTA
Llegó el cardumen de mojarritas y, con ellas, también sus perseguidores. Doradillos y embarcaciones amenazan la especie en estos días. Prefectura Naval y Recursos Naturales vigilan la zona.
Corrientes - Millares de mojarritas que nadan aguas arriba del Paraná atraen al cardumen de doradillos y también a los pescadores. Ayer se concentraron a la altura de la Granja Yatay. Unas trece embarcaciones fueron detectadas en el lugar en busca del “pique”.
El inmenso caudal que hace a la cuenca del Paraná no sólo trae consigo el espléndido paisaje visual sino las especies ícticas propias de la zona. Tal es el caso del dorado, ejemplar exquisito y que en los últimos días causó revuelo entre los pescadores, quienes avispados de que andaba un cardumen río arriba se abalanzaron a la pesca furtiva.
Ayer, Época dio con la maravilla que andaba en busca de una lámina de carnadas que circundaban las profundidades en una extensión aproximada de dos kilómetros a la redonda, a la altura del kilómetro 1227 (río Paraná), cerca de la Granja Yatay. Allí se congregaron unas trece embarcaciones que hicieron ancla en busca de suerte. Alertados por la presencia de Prefectura Naval de Corrientes y Recursos Naturales, los pescadores aguantaban silenciosos con caña en mano casi disimulando el pique. “Todavía no sale nada”, contó a Época Gustavo Cepeda, un empleado de Resistencia, Chaco, que hizo escala en las costas correntinas y mientras personal del área de Recursos solicitaba su documentación se acomodaba la gorra pícaro para decir: “Ustedes me van a mandar en cana, sólo andamos en busca de recreación”.
Para Sergio Cabral, timonel de Prefectura, controlar las aguas del Paraná no es una tarea sencilla. “Estamos las 24 horas de guardia, hacemos la vigilancia pero es casi imposible tener un control”, resaltó. El prefecto graficó que con el devenir de la tecnología, los pescadores se alertan vía celular de los operativos. “Cuando saben que vamos en camino ya hay otros que los avisan”, dijo Cabral. De esta manera los “avivados” pescan y se van con las bolsas llenas.
El viernes Prefectura decomisó unas 6 bolsas de arpilleras completas de doradillos. “Cuando dimos con el hallazgo, nadie se hizo cargo y así sucede siempre. Se labran las multas pero, en definitiva, después vuelven a las mismas”, relató.
Con frecuencia reflota el debate entre pescadores deportivos y comerciales por la pelea de la depredación. Provistos de recursos económicos, los amateurs, como mínimo, cuentan con una base de 300 pesos entre carnada y gasoil para abastecer las lanchas.
La semana pasada malloneros correntinos, de Paraguay y Formosa despotricaron contra los permisos que se pretende dar a esta gente. “Nos quieren sacar del río que es nuestra fuente laboral y de alimentación”, había rezongado Santos Morínigo luego de que se analizaran los permisos a los turistas los fines de semana para la pesca deportiva.
Fuente.diario Epoca
Llegó el cardumen de mojarritas y, con ellas, también sus perseguidores. Doradillos y embarcaciones amenazan la especie en estos días. Prefectura Naval y Recursos Naturales vigilan la zona.
Corrientes - Millares de mojarritas que nadan aguas arriba del Paraná atraen al cardumen de doradillos y también a los pescadores. Ayer se concentraron a la altura de la Granja Yatay. Unas trece embarcaciones fueron detectadas en el lugar en busca del “pique”.
El inmenso caudal que hace a la cuenca del Paraná no sólo trae consigo el espléndido paisaje visual sino las especies ícticas propias de la zona. Tal es el caso del dorado, ejemplar exquisito y que en los últimos días causó revuelo entre los pescadores, quienes avispados de que andaba un cardumen río arriba se abalanzaron a la pesca furtiva.
Ayer, Época dio con la maravilla que andaba en busca de una lámina de carnadas que circundaban las profundidades en una extensión aproximada de dos kilómetros a la redonda, a la altura del kilómetro 1227 (río Paraná), cerca de la Granja Yatay. Allí se congregaron unas trece embarcaciones que hicieron ancla en busca de suerte. Alertados por la presencia de Prefectura Naval de Corrientes y Recursos Naturales, los pescadores aguantaban silenciosos con caña en mano casi disimulando el pique. “Todavía no sale nada”, contó a Época Gustavo Cepeda, un empleado de Resistencia, Chaco, que hizo escala en las costas correntinas y mientras personal del área de Recursos solicitaba su documentación se acomodaba la gorra pícaro para decir: “Ustedes me van a mandar en cana, sólo andamos en busca de recreación”.
Para Sergio Cabral, timonel de Prefectura, controlar las aguas del Paraná no es una tarea sencilla. “Estamos las 24 horas de guardia, hacemos la vigilancia pero es casi imposible tener un control”, resaltó. El prefecto graficó que con el devenir de la tecnología, los pescadores se alertan vía celular de los operativos. “Cuando saben que vamos en camino ya hay otros que los avisan”, dijo Cabral. De esta manera los “avivados” pescan y se van con las bolsas llenas.
El viernes Prefectura decomisó unas 6 bolsas de arpilleras completas de doradillos. “Cuando dimos con el hallazgo, nadie se hizo cargo y así sucede siempre. Se labran las multas pero, en definitiva, después vuelven a las mismas”, relató.
Con frecuencia reflota el debate entre pescadores deportivos y comerciales por la pelea de la depredación. Provistos de recursos económicos, los amateurs, como mínimo, cuentan con una base de 300 pesos entre carnada y gasoil para abastecer las lanchas.
La semana pasada malloneros correntinos, de Paraguay y Formosa despotricaron contra los permisos que se pretende dar a esta gente. “Nos quieren sacar del río que es nuestra fuente laboral y de alimentación”, había rezongado Santos Morínigo luego de que se analizaran los permisos a los turistas los fines de semana para la pesca deportiva.
Fuente.diario Epoca
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