18/4/15

Mitos y verdades en la pesca del Pejerrey

Además de la fama de exagerados y de mentirosos, los pescadores tienen incorporados en la práctica mitos y costumbres que en general, por desconocimiento, chocan con hechos naturales o con lo científico. Principalmente en la pesca del pejerrey, una de las prácticas más difundidas en la provincia.


La "flecha de plata" es una especie muy delicada. Por eso, cuando los ejemplares capturados son pequeños, no ayuda para su preservación el que sean devueltos al agua. "El primer impacto que sufre es el ?cañazo?. Se le estira el espinazo. Luego, al manipularlos, se descaman y esa lesión abre la posibilidad de que llene de hongos.
También es traumático para el animal el cambio brusco de atmósfera (de un medio acuoso al aire), que lo condena a la muerte. En la mayoría de los casos, esos ejemplares devueltos fallecen a las pocas horas o en los días siguientes", explicó Carlos Riviere, técnico de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelo, ante la consulta de LA GACETA.¿Qué se hace en este caso? Primero, se guarda la captura. Luego, se reemplaza el anzuelo por uno de mayor tamaño y se prueba con carnada grande. Otra opción es cambiar de profundidad o de lugar.
La segunda inquietud para el especialista giró sobre el "uso" de quebrarle el cogote al pejerrey para que no sufra, una vez capturado. "No es lo recomendable. La muerte tiene que ser súbita. Es decir, con un golpe seco -con un palito de escoba- entre el cogote y la cabeza", señaló Riviere. Pero hay otra razón. Al quebrarle el cogote, el cuerpo del pejerrey se lastima. Esto facilita el ingreso de bacterias que producen la descomposición rápida de la carne. Con la muerte súbita se consigue lo contrario y que el pescado mantenga su rigidez.
Otro de los mitos es que la pesca se relaciona con la tabla solunar, lo que es una verdad a medias. Por caso, se dice que en este ciclo el pique es nulo o muy pobre. La explicación es simple: con luna llena los cardúmenes se dispersan en el espejo de agua. Es un fenómeno a la inversa de la noche cerrada, cuando se atrae al cardúmen con luz potente (un farol). De todas maneras, la pesca nocturna está prohibida.
En cuanto a la afirmación de que se pudren los pescados expuestos a la luna llena, cabe aclarar que es no sucede por culpa del satélite. Su luz intensa es la que activa las bacterias y acelera el proceso de descomposición. Sobre de la "autoveda" del pejerrey, es un concepto tergiversado por los pescadores que hacen "sapo" (no capturan nada). La pesca del pejerrey es de invierno. "En verano, a mayor irradiación solar, se produce gran cantidad de plancton, que es la comida base de la especie. De manera que los animales están bien alimentados y no toman la carnada. No ocurre lo mismo durante el invierno", remarcó el técnico.
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