Los empalamientos, las crucifixiones sobre un mástil y otras atrocidades que es preferible no detallar, son parte de las medidas draconianas y bárbaras que suelen aplicarse a bordo.
uando el investigador Milko Schavartzman habla de "ciudades flotantes de esclavos", no exagera. El buque pesquero HU SHUN YU 809 hace un año que está amarrado en el sitio 5 del muelle Almirante Storni, jurisdicción de la Administración Portuaria de Puerto Madryn. Cuando fue secuestrado por su actividades de pesca ilícita, los prefectos relataron que la tripulación -tanto como la embarcación- se encontraban en condiciones infrahumanas.
La acumulación de calamares durante un tiempo prolongado produce la emisión de amoníaco extremadamente tóxica. Eso, sumado a las ratas -que son parte de la fauna característica de estos barcos, es sólo un pequeño y casi insignificante detalle de la forma de "vida" que llevan los marineros durante los 3 o 4 meses -como mínimo- que suelen pasar en altamar.
En off the record, autoridades portuarias detallan que es habitual que muchos tripulantesno cuenten con documentos y en muchos casos no existe siquiera registros de quiénes van embarcados en estos poteros. Las veces que hallaron este tipo de listados y se encontraron con que la cantidad original de hombres no coincidía con el actual, la respuesta fue que habían "caído" al mar.
"Caerse accidentalmente al mar" es una condena frecuente ante el desacato de alguna orden del capitán o de las leyes implícitas de estas comunidades flotantes. Ellos saben que comprobar que la diferencia de si una persona cayó o fue intencionalmente arrojada al agua es incomprobable a la hora de volver a tierra firme, hecho que dota de total impunidad a las autoridades de cada pesquero que trabaja en estas condiciones. Los empalamientos, las crucifixiones sobre un mástil y otras atrocidades que es preferible no detallar, son parte de las medidas draconianas y bárbaras que suelen aplicarse a bordo.
El caso de este buque es sólo un ejemplo. Bastante peligroso dicho sea de paso. La embarcación en cuestión no solamente cuenta con enormes cantidades de aceite, combustible y desechos tóxicos sino que actualmente se encuentra en peligro de hundimiento, a escasos metros del Santuario de las Ballenas en Puerto Madryn.
Ya tratamos las cuestiones polítcas y diplomáticas, las de seguridad y las ambientales. Por eso quizá la parte económica parezca superficial o humanamente difícil de citar, pero su incidencia en esa materia también genera desastres.
Cada año, Argentina pierde 14 mil millones de dólares en materia de pesca. La cuestión escómo competir con flotas que trabajan de mano obra esclava, que roban recursos, que losprocesan e industrializan en altamar y que luego los comercian en mercados amplísimos.
Es peligroso generalizar, como en todo, ya que no todas las flotas operan con este nivel de salvajismo. Pero los casos registrados en nuestro país no dan muestra de embarcaciones secuestradas "civilizadas".
Guillermo Caille, oceanógrafo radicado en Trelew, cuenta que los ingleses repartieron licencias de explotación pesquera a buques de banderas predominantemente japonesas o españolas. "Desarrollar una industria pesquera nacional ante tamañas situaciones de desigualdad, e injusticia, es un asunto extremadamente difícil y complejo", dice. El especialista explica que los mercados internacionales siempre van a tender a comprar el producto de menor costo y no aquél que provenga de un trabajo hecho en condiciones dignas y reglamentadas. "El problema es estructural", agrega.
No es difícil comparar esta situación con la textil o muchas otras, en donde la mano de obra precarizada y terciarizada para desligarse de responsabilidades penales perjudican las industrias nacionales de los distintos país subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Otorgar licencias de explotación permitiría llevar, al menos, una contabilidad para registro y control del nivel de explotación de nuestros recursos naturales para que no reducir el nivel de daño ambiental. A la vez, significaría también retener algo de las ganancias que por el momento se fugan. Pero, a pesar de que la moral y la política muchas veces duermen en camas separadas, ¿qué hacemos con la ética que significaría dar permisos a embarcaciones que operan de la ya descripta forma?
La problemática es por demás engorrosa. Mientras tanto, nuestra fauna marítima, nuestra industria pesquera y nuestros recursos económicos son depredados de forma bárbara y voraz. Y los años pasan, las preguntas se acumulan y las respuestas, faltan.
fuente-http://tn.com.ar/
1 comentario:
LAMENTABLEMENTE FORMA PARTE DE LA METASTASIS QUE NOS DESTRUYE EN TODAS LAS FACETAS DE NUESTRA ECONOMIA,INFRAESTRUCTURA,LEYES,SOCIEDAD,CORRUPTOS,ETC.ETC, POR LO CUAL ES MUY DIFICIL DE SOLUCIONAR ESTE TEMA PUNTUAL,PUES USAN EL REGIMEN DE AGUAS TERRITORIALES.
CON RESPECTO AL TRATO INHUMANO DE LOS QUE NAVEGAN,SOLO PODEMOS HACER LAS DENUNCIAS INTERNACIONALES ,QUE SOLO SERVIRAN PARA UNAS LINEAS EN LOS DIARIOS.
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