19/3/12

Los mejores reproductores de trucha marrón en aguas públicas están siendo masacrados.




Bariloche, urgente.

Los mejores reproductores de trucha marrón en aguas públicas están siendo masacrados.

Una situación desesperante se está viviendo por Bariloche en estos días debido a la indiscriminada pesca furtiva y matanza de peces reproductores, impactando gravemente el recurso pesca en la cuenca del Limay Superior, específicamente en el tramo que va desde Bariloche hasta Rincón Chico.
Los pescadores deportivos locales están preocupados y uno de los principales atractivos del cuál viven muchas familias de Bariloche y zona de influencia corre serio riesgo. Cientos de ejemplares reproductores de trucha marrón están siendo masacrados por furtivos organizados y armados que venden el pescado, al parecer, a Buenos Aires. Ante la inminencia de la Semana Santa y la costumbre de comer pescado el panorama para las mejores truchas marrones salvajes en aguas públicas de Argentina es negro.

A pesar de disfrutar su pesca, enseñarla y convertirme en un laburante de esto, es público y claro que muchas veces manifesté que si por mi fuera a las truchas las mataría a todas, porque son responsables de la desaparición del 60% o más de la biodiversidad en macroinvertebrados acuáticos que existían en la Patagonia y de la pédrdida irreparable de muchas especies de las que eternamente ignoraremos su existencia, pero sabemos que interactuaban con plantas, árboles, peces, otros insectos y animales nuestros por lo tanto las consecuencias no son medibles. Pero como todo eso pasó abajo del agua a Ud. y a mí la noticia nos llega 70 años después.

Eso de “matar a todas” es imposible, se trata de un señuelo que uso para llamar su atención y llevarlo a reflexionar, al final de esta nota explicaré la parábola. Las truchas son imposibles de erradicar, nuestro deber entonces es hacer un manejo racional de su presencia orientándolo a las excelentes condiciones recreativas que adquieren en estos ambientes poco poblados, con abundante comida y libres de polución. No hay manera de quitarlas ya, por lo tanto debemos aprovecharlas y utilizar la pasión que despierta su pesca con la técnica más refinada del mundo (mosca) para educar y generar recursos que no hagan necesaria la pesca furtiva de estas personas.

Siempre fui un defensor de la educación por sobre la represión como herramienta para cambiar las cosas, pero a la vista de una organización armada que atenta contra uno de los tesoros que yo considero invaluables en función de educar a través de una pasión, esta vez debería aparecer algún brazo fuerte, estamos hablando de la seguridad de quienes desean disfrutar del río concientemente y por recreación. Los furtivos de los que hablamos son personas armadas que la pasan bárbaro a la noche a la orilla del río, haciendo un fuego, pescando ilegalmente y matando los reproductores más importantes que aseguran la genética de los salmónidos del futuro. Yo identificaría a todos esos furtivos y a cambio de alguna pena de cárcel, represión o multa, les propondría incorporarse como trabajadores en la pesca deportiva (guías, choferes, pilcheros, atadores, etc.) ya que conocen los pozos como nadie. Les daría la opción… pero sé que soy un soñador. Ojalá alguien con poder de decisión se iluminara en un rapto de inteligencia y preguntara... “¿Cómo es eso?”

La Boca del Chimehuín ha perdido mucho el brillo (por no decirlo totalmente) a consecuencia de la aniquilación por parte de furtivos locales de los reproductores en las nacientes de los arroyos que tributan al lago Huechulafquen y sobre el Chimehuin. Eso es una realidad incontrastable y al parecer nuestra querida Boca del Limay va en el mismo camino. Fui fanático de esa boca, la del Chime, pero la tristeza de su decadencia en muchos sentidos me hizo alejarme de ella casi para siempre. Hace apenas dos temporadas comencé a disfrutar la Boca del Limay y realmente su pesca pública y gratuita es extraordinaria, 5 estrellas a nivel mundial. Al parecer, mi pescador va a sufrir otra pérdida irreparable si no hacemos algo y me embarga una profunda tristeza.

Por eso, denuncio públicamente negligencia por parte de todas las autoridades de ambas provincias y de Nación, a quienes compete la preservación de este recurso e invito todas las instituciones vinculadas a la pesca del país a hacer las denuncias respectivas ante la justicia, muchas denuncias por negligencia contra estos funcionarios. A nosotros, los pescadores, nos convoco a una manifestación masiva de protesta ante las autoridades a través de una cadena de miles de emails dirigidos a las secretarias de recursos naturales de Neuquén y Río Negro, y al responsable en pesca deportiva de la Nación. Por favor que alguien me facilite nombre de los funcionarios responsables y email de los mismos si son tan amables e iniciaré con gusto la cadena.

Yendo al plano de las soluciones una alternativa es hacer un presupuesto urgente de cuántos recursos y personal de guardapesca acompañado por gendarmería o policía son necesarios para patrullar la zona tanto por vía terrestre como flotando el río todas las noches todo el año. La mayor parte de la actividad de los furtivos se concentra de noche, ya que de día son más visibles al desplazarse, por un lado, y está el encuentro constante con pescadores deportivos que los ahuyenta por otro. Una vez atrapados, yo identificaría a todos esos furtivos y a cambio de alguna pena de cárcel, represión o multa, les propondría incorporarse como trabajadores en la pesca deportiva (guías, choferes, pilcheros, atadores, etc.), pero sé que soy un soñador. Ojalá alguien lúcido con poder de decisión se iluminara.

En cuanto a la parábola de “matar a todas las truchas”, yo realmente lo que haría sería impedir su existencia aquí. Volvería el reloj atrás, hasta 1904, el año en que se importaron las primeras ovas embrionadas de salmónidos a la Argentina, desde el puerto de New York (EE.UU) en vapores vía Southampton (England). Una vez en ése año buscaría al señor Francisco Pascasio Moreno y le diría… “flaco, acá no me traigas nada”. Porque el impacto que los salmónidos provocaron en el ecosistema acuático patagónico es realmente grave y difícil de medir. Sospecho que la presencia posterior de Dydimosphenia Geminata, el alga moco que está destruyendo muchos ambientes, ha encontrado un lugar dónde desarrollarse debido a que los salmónidos devastaron la población de macroinvertebrados que podían mantener a raya una plaga así alimentándose de ella. Pero eso es otra discusión… hoy, enterarme por Rodrigo Amadeo y otros pescadores sobre docenas de cabezas y tripas de truchas todos los días en las orillas me llevó a escribir esto. La muerte no le gusta a nadie, menos a mí.

Nos vemos en el río.

Efrain Castro

(Foto gentileza BIGFISHPATAGONIA)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lamentablemente nunca vas a lograr que esa plaga trabaje, ademas algun funcionario te va a decir"y don, que quiere que salgan a robar?" pero el tema es que yo e avisado a guardaparques de pescadores furtivos o fuera de reglamento ,como pescar con flotadores y cuchara por el limay en du primer tramo. me re re calienta el hecho de pagar mi licencia para que se compre yerba para estar al pedo y romper los huevos a quien pasa.
ojala de logra algo

Anónimo dijo...

Estimado “tornillo”:
En un todo de acuerdo con Ud., solo que agregaría que también participen en el control los dueños de las costas hasta Rincón Chico (lado Rio Negro y lado Neuquén) porque si no es con una balsa, minga de recorrer las costas pescando accediendo al río desde la ruta.
Al furtivo no le calienta pero yo que pesco todo a reglamento estoy un poco grande para andar saltando alambrados y menos discutir con los dueños de las tierras (lo único que hago es amargarme pues no soy hombre de pelea) y ante denuncias que realicé…..…….mejor déjelo así.
Si le gusta la boca del Limay (como a mí) mejor aprovechemos el tiempo que resta, que no sé cuanto será, pues ya hubo una intentona de cerrar el paso al lado Rio Negro, ese lado que tiene casas tan bonitas, y que vecinos de Dina Huapi quitaron los palos. Ojalá me equivoque pero los años y las cosas que he visto me dan la razón.
Un gran saludo desde Bariloche